Tony Wyss-Coray impulsa el primer ensayo con pacientes de alzhéimer para probar los efectos rejuvenecedores del plasma de voluntarios jóvenes
“Empezamos a analizar cientos de proteínas en la sangre y ver cómo cambian con la edad y con las enfermedades y al hacerlo vimos que hay cambios dramáticos entre los organismos jóvenes y los viejos, tanto en ratones como en humanos”, señala.
De alguna forma, la fuente de la juventud está en la sangre cuando somos jóvenes y se seca cuando somos viejos
Varios grupos de investigación independientes han probado a transfundir sangre de ratones jóvenes a otros de edad avanzada. Primero vieron beneficios en los músculos y después aparecieron en casi cualquier otro órgano que se analizaba: corazón, hígado, páncreas… incluso el pelaje recuperaba su vigor. El grupo de Wyss-Coray y otros mostraron que también había efectos notables en el cerebro.
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